? Dubai como punto de inflexión
No está siendo un año fácil para el equipo español de SailGP. La traumática salida de Phil Robertson, ojito derecho de Russell Coutts en San Francisco, marcó un antes y un después. Aunque el neozelandés no tiene porque preocuparse en demasía para mantener su empleo como ‘conductor’ de un barco de SailGP. Si no es China, será España y sino Canadá.
Sólo ha habido un cambio en la formación titular del F50 Victoria, bueno en realidad dos, la entrada de Jordi Xammar a una cosa que en el argot de vela se llama caña y también la marcha de Mathew Barber en una de las posiciones de grinders.
Lo cierto, es que las actuaciones del equipo de la temporada anterior a esta han sido importantes, no se si estos dos cambios han sido el motivo. El caso es que el equipo español ha combinado buenas actuaciones, las menos, como por ejemplo la última manga de la última prueba en Dubai, donde ganó sin dejar lugar a dudas, y que contrastan con las actuaciones más deficientes en las pruebas y regatas anteriores, y que mantienen al equipo español en los puestos de cola, aunque ya ha dejado el farolillo rojo en manos de Suiza.
La victoria del F50 Victoria, y valga la redundancia, en esta última prueba ha armado de moral, o al menos eso se ha querido mostrar desde el combinado español. No es nada fácil ganar una prueba cuando delante tienes a Ben Ainslie, Jimmy Spithill, Dean Barker o Tom Slingsby. Y esto Jordi Xammar, ya lo puede decir.
También es verdad que Jordi está en continua formación y que no tiene el rodaje de Robertson -con cuatro campañas de SailGP a sus espaldas-. Pero creo que la próxima parada en Singapur, se tiene que mostrar la misma cara que en la última prueba de Dubai. Que aquella victoria parcial no haya sido un espejismo y tomen el ejemplo de Francia con Quentin Delapierre, que debutó en Cádiz en 2021, con una actuación que dejó mucho que desear y ya está disputando y ganando finales un año después.
Que no se le den razones a Russell Coutts para desconfiar de Jordi públicamente, porque esto no beneficia a nadie. Pero tampoco olvidemos que el kiwi sigue siendo quién decide todo lo que pasa en SailGP, excepto en los equipos que son autosuficientes, como por ejemplo, el británico.
Suerte tiene, por ahora, el equipo español de SailGP de tener a Cádiz como uno de sus partners, y que Russell Coutts & Cia, estén contentos con la sede, de aquí que el año pasado firmaran la continuidad.
También es cierto que también hay que ver el apoyo de la afición española, que se dice que es la que acude más en masa de todos los eventos, y aquí sí puede estar la diferencia con respecto al resto.
En Cádiz la gente lo vive. En Dubai las imágenes daban bastante pena, con gradas vacías y poca gente siguiendo in situ la prueba.
A lo mejor los millonarios dubaities tendrían que copiar a sus vecinos cataries, que aunque sea una forma muy ridícula, disfrazan a sus súbditos ataviados con camisetas y banderas de cada uno de los países participantes. En este caso que les vistan de rojo y les den la rojigualda al grito de ‘Espania, Espania’; aunque en realidad no lo hagan por pasión, y si por algún petrodolar que llevarse al bolsillo. Al menos se verían las gradas vacías.
Artículo publicado en ABC de la Náutica (24/11/22)