? T18: Adiós a otra etapa gris

La vela española cerrará este mes de marzo otra etapa. Julia Casanueva dejará forzada por el Consejo Superior de Deportes, la presidencia de la Real Federación Española de Vela tras de cinco años en el cargo, después de que en 2015 accediera al cargo a través de una moción de censura.

La RFEV lleva más de 20 años en manos de presidentes mediocres e interesados, ya sea por intereses económicos –caso de Pombo y Rodríguez con sueldo de presidente del gobierno- o de promoción personal –Casanueva- llegando a creerse que todo lo conseguido había sido por méritos propios. Nada más lejos de la realidad.

Llegó por primera vez a la presidencia aprovechando una situación de desorden y caos que acabó con un motín que provocó que hubiera varios sectores de la vela dijeran basta. Julia Casanueva vio la oportunidad y supo aprovecharse muy bien para que le prepararan el camino para montar una moción de censura en la que participaron entre otros, directivos, federaciones territoriales, deportistas e incluso empleados.

Artículo publicado en la edición impresa de ABC de la Náutica (25/02/21).

Y sí, Casanueva, que llegaba como un mirlo blanco. No sabía nada de vela pero supo aprovechar la oportunidad para ser la elegida. Se ganó la moción de censura y aguantó el año de transición con los Juegos Olímpicos de Río de por medio y unas elecciones, que era lo que realmente le interesaba.

Las ganó, y a partir de ahí continuó con su particular purga y caza de brujas. Durante estos cuatro años se fue quitando de en medio a todos y cada uno de los que le habían ayudado primero a ganar la moción de censura y después las elecciones. Ella ya tenía el poder absoluto, hay que recordar que las federaciones deportivas son presidencialistas, con lo que fue dejando en la cuneta a cualquiera que pudiera molestarle o hacerle sombra, entre otros a los que sacaron de la bancarrota en la que se encontraba la RFEV a finales del 2015.

Y así fue. A partir de ahí se quedó en 2020 con los que ella pensaba que se arrodillarían rogándole que siguiera como presidenta. Pero no. De repente se encontró que había fulminado a quienes realmente le hicieron presidenta; y dejando hasta el final de su mandato a su lado a los que ella creía fieles a su causa. Nunca hubiera imaginado que ya hacía tiempo que estos ‘fieles’ tenían pensado dejarla en la estacada y ya estaban preparando otra candidatura en su propia cara. Cuando se dio cuenta, ya era tarde, y tuvo que disimular y aguantar.

Ahora, Casanueva, se va con dos expedientes abiertos por parte del TAD, que podrían acabar con una y hasta con dos inhabilitaciones; pero ella ya no estará cuándo salgan las resoluciones. De poder haber salido con la cabeza medio alta, lo acabará haciendo por la puerta de atrás.

Adiós a otra etapa gris.

Artículo publicado en ABC de la Náutica (25/02/21)