? T18: Todo un reto por delante
Las elecciones a la Real Federación Española de Vela han llegado a su fin y Javier Sanz ha sido el elegido para dirigir la nave los próximos cuatro años.
Partía como favorito y difícilmente las encuestas, aunque sean a pie de pantalán, por la razón que sea, no acostumbran a fallar. Pepe Martínez, era el otro candidato; se ilusionó, y a lo mejor le ilusionaron, pero las matemáticas no fallan, y si siempre has ido por detrás en los números, no puedes ganar. Esto no es como la política tradicional donde después de las elecciones hay pactos para elegir el presidente, este lo escoge una asamblea y el que gana, gana; pero también que tiene que ser lo suficientemente hábil como para unir al colectivo y evitar incendios, que lo único que hacen es desestabilizar.
Sanz en sus distintas etapas y facetas como directivo, tanto federativo como de club, ha demostrado tener buena mano izquierda. En esta ocasión, es de esperar, que siga teniéndola. Las federaciones deportivas son presidencialistas, con lo que, el timón federativo está única y exclusivamente en su mano. Tendrá que tener un equipo directivo y profesional a su lado que le ayude y le asesore para que todo vaya de la mejor forma posible.
Por delante no tiene un reto fácil. Tomar decisiones nunca lo es, pero sí está en su mano hacer la federación que él quiere. Llegó con Julia Casanueva en un momento en el que la federación era un cadáver económico, sencillamente estaba en bancarrota y deportivamente muy tocada. Y encima en Río, donde fue un muy buen equipo, faltó la pizca de suerte, y que se acariciaron dos medallas, pero se volvió de vacío. Pero así es el deporte.
Tuvo el difícil reto de tener que encarrilar financieramente aquel proyecto que se había iniciado de forma traumática después de una moción de censura, en la que auparon a la presidencia a Julia Casanueva, quién prometió que lo haría de forma provisional, pero aunque ella había prometido ser una presidenta de traspaso, ellos mismos le dieron una oportunidad para siguiera cuatro años más. Después a los que más le ayudaron se los quitó de en medio, creía que una vez la federación estuviera saneada, ya no les necesitaba. Y así fue, ella misma cavó, sin saberlo, su propia fosa; y ahora se ha ido sin más, y casi sin decir ni adiós.
Javier Sanz ha vuelto porque el colectivo así lo ha querido. Ha hecho una campaña tranquila, ha contado sobre todo con el apoyo estamental, que en definitiva es el deportivo. A partir de ahora esto es una máquina con un engranaje que tiene que ir a una, la política tiene que quedar aparcada hasta dentro de cuatro años.
Los federaciones y los clubes son los encargados de poner los medios para que esto sea funcione y los son deportistas son el fin, cada uno con un rol definido y con realidades muy distintas. Y aquí es donde la federación tiene que estar a la altura para saber cual es la realidad del olímpico y del profesional, que viven de esto. Pero también la del amateur, que lo único que busca es disfrutar del deporte y tener una federación que se ocupe y esté pendiente de ellos. El deporte no sólo es alto nivel, el deporte es el campeón olímpico y el regatista de fin de semana. Todos tienen el mismo derecho a saber que hace su federación por ellos.
El secreto no es hacer grandes cosas, el secreto es conseguir que todos estén a gusto. El éxito se forja en las pequeñas cosas, confiemos que Javier Sanz escuche al grande y al pequeño, cosa que no se ha hecho en las últimas décadas. Sólo así conseguirá que la vela crezca y vuelva a ser una federación fuerte. Este es el reto que tiene por delante.