? Tempus fugit

Acabamos un año más, otro año atípico, diferente. El mundo ha cambiado, la pandemia que nos ha tocado vivir a todos sin excepción es la que está marcando los tiempos. El año 2020 fue dramático, ya no sólo sanitaria ni socialmente, sino también deportivamente. Se suspendieron prácticamente todas la competiciones y se entró en un bucle sin saber cuando sería su final.

El 2021 empezó de la misma forma que había acabado el 2020. No fue hasta mitad de año, que gracias a llegada de las vacunas, empezamos a ver todos un poco la luz al final del túnel en el que estábamos inmersos, y gracias a eso, hoy podemos decir que a partir del mes de junio se pudieron celebrar todas las competiciones previstas, con restricciones en tierra y mucho controles, pero que sirvieron para que la rueda volviera a girar.

Y aquí sí voy a hacer apología de la vacunación. Abro paréntesis. Si hemos conseguido avanzar en todo este tiempo ha sido gracias a las personas que se han vacunado, ciertamente que cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero si hubiéramos hecho caso a los negacionistas, ahora mismo estaríamos en niveles pandémicos de la Edad Media. No vacunarse es una irresponsabilidad y egoísmo. Y con esto cierro este paréntesis.

Hemos tenido Juegos Olímpicos en Tokio, con dos medallas. Podían haber sido más, sí. Se llegaba con uno de los equipos más potentes que ha tenido nunca la vela española, y no dicho por mí, sino por dos nombres como Luis Doreste y Theresa Zabell, que entre los dos suman cuatro medallas de oro; con lo que mayor autoridad para opinar sobre la materia no hay nadie. En Tokio fueron dos bronces que a lo mejor saben a poco, pero mejor eso que nada. Llegábamos de no haber conseguido ningún metal en Río, con lo poco en este caso es mucho.

Ahora, en el plano olímpico, hay que empezar a trabajar duro. El ciclo Tokio-París es de apenas dos años, 2022 y 2023. El 2021 ya ha pasado y en el 2024 ya hay que tener el equipo definido. No hay tiempo que perder, el tiempo pasa y por detrás llega un equipo joven apretando muy fuerte y que no ha parado de subir su nivel en todo este tiempo. Las cinco medallas en el Mundial Juvenil de la World Sailing son un claro ejemplo, en principio son chicos para Los Ángeles 2028, pero alguno podría adelantarse. Esto lo veremos pronto.

Y vuelvo al inicio, la vela y más en concreto la vela ligera y en solitario es cien por cien segura. Otra cosa es el contacto que luego se puede tener en tierra. Pero si hacemos las cosas bien, no se debería suspender ni aplazar ninguna regata más. Un ejemplo. En la Christmas Race de Palamós se detectaron algunos positivos, muy pocos, antes de la regata; con lo que probablemente llegaron ya contagiados, con lo que no participaron y se confinaron. El resto de participantes, la mayoría de ellos, italianos, portugueses, ucranianos, británicos…se tuvieron que hacer test para poder volver a sus países, de los todos realizados en centros acreditados, ninguno positivo. Dato más que solvente para que haya quedado demostrado de la vela ligera es más que segura. Lamentablemente en otros deportes como el fútbol o el baloncesto, ya hemos visto que no ha sido así.

¡Feliz Año para todos!

Artículo publicado en ABC de la Náutica (30/12/21)

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